Nuevo caso de un adinerado riéndose de la justicia. Que poca vergüenza!

Que las leyes en nuestro país como en muchos otros son de chiste es una evidencia, al igual que los que tienen dinero reciben un trato diferente al que no lo tienen también es evidente. Hemos visto muchos casos donde la justicia no actúa de igual manera ante una persona que tiene dinero y el que no lo tiene y como ejemplo me viene el de la madre que compró artículos de primera necesidad para sus hijos al estar en paro y no tener dinero por valor de menos de 300 euros con una tarjeta que se había encontrado (que no robado) . El caso que me llama la atención hoy es el de un sinvergüenza llamado Luis Antonio Outeiriño, de profesión estafador, digo oftalmólogo. En resumidas cuentas el estafador fue condenado por mala praxis, Adrián Pérez, un niño de tres años con un problema de visión acudió a su consulta (año 1992)y el delincuente en cuestión le hizo varias operaciones. En 2005 y tras varias operaciones en los años anteriores, deciden dejar de ir a ese estafador digo oftalmólogo y ser atendido por otro profesional o mejor dicho por un profesional.

Nada se podía hacer por su ojo, lo acabó perdiendo. En 2013 le ponen una prótesis. Ahora viene la parte gorda. La justicia, lenta como de costumbre, condena al estafador a pagar 57.753 euros por su mala praxis, ya empezamos mal, porque si un ojo vale eso, no quiero ni pensar si es un dentista que por mala praxis me saca un diente, que me tocarían 10 euros?, en fin. Pues ojo al dato, a día de hoy este joven es noticia porque lleva años esperando recibir ese “miserable” dinero puesto que hasta ahora solo ha recibido 5,54 euros, único dinero que se le ha podido confiscar al delincuente de sus cuentas en España. Impresionante. Es para coger a ese sinvergüenza y colgarlo de sus partes del edificio más alto de la ciudad. Resulta que el susodicho ha recibido múltiples demandas por casos similares, y tiene varias sentencias condenatorias, y sin embargo, uno sigue ejerciendo y dos sigue viviendo una vida que no le corresponde vivir.

Sorprendentemente este delincuente está registrado en el Colegio de Médicos de Madrid y posee una matrícula profesional para ejercer su profesión, lo que conlleva a tener un seguro obligatorio. Pues parece ser que la justicia no debe funcionar demasiado bien, y encima le dicen al pobre chaval que ha pasado demasiado tiempo y que es complicado. Increíble, si a eso le sumamos que gracias a un personaje que se las trae llamado Mariano Rajoy, los pobres o con poco dinero tienen complicado denunciar cualquier cosa, con las altas tasas judiciales y el sinfín de procesos que le hacen abrir para condenar al escurridizo delincuente, Adrián sigue a día de hoy sin cobrar el poco dinero que la sentencia fija.

No entiendo como no hay algún departamento que se dedique a perseguir este tipo de cosas, resulta que el señor Luis Antonio Outeiriño ejerce su profesión libremente, vive bien, come, sale de compras, tiene su teléfono, coche, casa,…, de más o menos lujo, eso ahora ya es indiferente, y sin embargo se declara insolvente y no hace frente a una serie de demandas que tiene pendientes. Siempre digo que la humanidad es un caso perdido, pero es que en este tipo de situaciones no puedo hacer otra cosa que quitarme el sombrero ante Adrián porque yo en su situación no sé qué haría. Saber que la persona que te ha arruinado la vida (ese niño ha tenido una infancia muy dura por ese problema) hace su vida tranquilamente sin ningún remordimiento de conciencia y dejando a su paso desastres, y encima que se ría de la justicia sacando el dinero que tiene del país y poniéndola a nombres de sociedades como se presume que ha pasado y nadie pueda hacer nada me parece escandaloso.

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