Sumario del día: En Androidealmando, Mercado de importación que elegir. En Plus, Ministerio de Sanidad, ridículo institucional. En Cine, Annabelle, lamentable película de no terror
Es triste ver como cada cuatro años tenemos a un político de
turno engañando a la ciudadanía. Esta vez le ha tocado a Mariano Rajoy ser el político
de turno que engaña a sus ciudadanos pasándose por el forro lo que prometía en
su programa que tampoco existía como tal. Una tras otra han ido cayendo
aquellas medidas que decía que no se iban a aplicar y que se han ido aplicando.
Escudándose en que no se esperaba encontrar un panorama tan desolador ha hecho
y deshecho a sus anchas. Tener una mayoría absoluta es lo que tiene, poder
absoluto de decisión, pero a su vez es un arma de doble filo, porque él no
necesitar el respaldo de nadie supone que las decisiones que tomas son
totalmente cuestionables por todos los demás.
Los casos de corrupción no le ayudan en absoluto. Es increíble
el volumen de corrupción que está apareciendo en nuestro país, y uno de los
casos estrella es el de la trama Gürtel. Me gustaría profundizar en Ana
Mato hasta hace unos días ministra de sanidad. Este ministerio es uno
de los más importantes, y tener a una persona que ha demostrado una
incompetencia absoluta y no mover ficha es inaceptable. Ella era la máxima responsable
en la gestión de repatriar a los contagiados de Ébola. Demostró su total
incompetencia al no saber manejar la situación. Al traer a enfermos pese a no
estar preparados. De qué sirve la opinión de profesionales y dirigentes de
centros de salud si luego no les escuchamos. El país entró en fase de pánico
cuando más personas se contagiaron por no hacer caso a los profesionales que desaconsejaban
traer al enfermo.
Ese es un punto de inflexión, puesto que si eres la
responsable de un ministerio y cuando tienes que dar la cara y coger el toro
por los cuernos no solo no lo haces o no sabes hacerlo sino que encima la
vicepresidente Soraya Sáez de Santamaría se encarga personalmente del asunto
dejando de lado a la ministra, que con su cara habitual inexpresiva es incapaz
de presentar la dimisión, sino que sigue adelante después de haber metido la
pata con el contagio y aceptar que un superior se encargue de su parcela humillándola
públicamente, y después de lo acontecido no dimites, es que o no tienes sangre
en las venas o el problema es más serio de lo que parece. Ahora, para mejorar
el ministerio y la imagen de un gobierno de circo, ponen como ministro de
sanidad a un político que es famoso en las redes sociales por su imagen fumando
en un bar, saltándose la ley anti tabaco y demostrando lo serio que es.
Ana Mato es el reflejo perfecto de lo mal gestionado que puede
estar un país a manos de las personas que está. Una persona que expertos
analistas califican de que tiene actitudes de psicópata, no que lo sea, sino
que tiene actitudes, como su cara inexpresiva cuando se está liando gorda, es
actualidad porque su marido es uno de los principales investigados de la trama Gürtel.
Esta increíble ministra es la que ve en el garaje de su casa un Jaguar y no es
capaz de preguntarle a su marido de donde ha salido o como se ha podido
permitir comprar ese cochazo. Esta súper ministra es la misma que ha presentado
su dimisión cuando el juez Ruz la ha incluido como
responsable civil al considerarla participe a título lucrativo de los delitos
cometidos por su ex marido. Vamos que es capaz de aguantar el tipo después de
que la humillen públicamente y “la pongan a quitar grapas” en el caso Ébola, y
sin embargo dimite porque es incluida en un sumario del cual defiende cosas
como que “ella que iba a saber que ese coche había llegado de chanchullos de su
marido”. Vamos que es lo suficiente inteligente para llevar uno de los
ministerios más importantes, pero no es inteligente para notar que algo raro
pasa con coches de lujo y viajes varios.
No entiendo como los políticos en este país tienen dignidad
para levantarse por la mañana, mirarse al espejo y pensar, hoy va a ser un gran
día. No entiendo como Mariano Rajoy es capaz de mirarse al
espejo y pensar “hoy estoy guapo”, “hoy me siento bien”, sabiendo que engaña a
varios millones de personas que lo votaron, como puede aguantar el tipo
sabiendo en los casos de corrupción que están implicados altos cargos de su
partido, como puede seguir al frente de un gobierno que ha demostrado su total
incompetencia. Los casos de corrupción salpican cada una de las esquinas de las
paredes de la legislatura y él sigue con su pose de “tranquilos que yo controlo”.
Ahora empezaremos con la rebaja de impuestos, buenas caras, buenos propósitos,
amabilidad, para intentar arañar unos votos que espero que de una vez por todas
no lleguen. Que se le dé la oportunidad a Podemos. Que me da igual si son así
o son asa, son algo nuevo, diferente a toda esta política que nos dirige y nos
lleva al abismo. Es hora de dar un golpe en la mesa y cambiar el rumbo del país.
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