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Hace unos días nos desayunábamos con la noticia de que Susana Díaz, Presidenta
de la Comunidad de Andalucía, estaba embarazada y, desde ese mismo
momento, no pocos medios de comunicación se preguntaban cómo iba a poder
compatibilizar su cargo con su embarazo. No soy votante de la señora Susana
Díaz (ni por afinidad política ni por ubicación geográfica) pero tengo
clarísimo que si lo fuera no me plantearía si su embarazo puede influir o no en
el desarrollo de sus labores dirigiendo una Comunidad.
El debate siempre es beneficioso siempre y cuando el debate sirva para
avanzar, no para retroceder. Y que a estas alturas del siglo XXI se debata
sobre si una mujer embarazada puede seguir desempeñando su trabajo con total
normalidad me parece algo rancio, retrógrado y, sobre todo, machista. Se nos
llena la boca hablando de la incorporación de la mujer al mundo laboral,
de que todas y todos estamos a favor de la igualdad de entre géneros pero todo
eso es sobre el papel porque cuando trasladamos la teoría a la práctica,
enseguida se le empieza a ver el plumero a la gente.
Si en este país estuviera totalmente asumida la igualdad de géneros nunca
sería noticia que una mujer que asume un cargo de poder va a ser madre. Entre
otras cosas, porque cuando es un hombre el que está en el mismo caso, nunca lo
es. Claro, la que se queda embarazada es ella pero ¿es que los hijos no son de
los dos? ¿O es que asumimos que, por narices, la que debe cuidarlos es ella? Y luego, esa es otra, haga lo que haga con la baja por maternidad, van a venir
las críticas. Si Susana Díaz decide agotar sus 16 semanas de baja por
maternidad, será criticada, pero sí, cómo otras políticas que dieron a luz
estando en el poder, vuelve antes de tiempo, también será criticada por ello. Conclusión:
te da igual lo que hagas, guapa, porque te van a poner verde.
No es un panorama muy alentador, pero, en realidad, Susana Díez tiene mucha
suerte porque pase lo que pase, sabe que su trabajo no corre peligro y eso es
algo que no pueden decir muchas de las mujeres trabajadoras que se quedan
embarazadas cada año en este país. El hecho de que algo tan ordinario (ya me entendéis)
como un embarazo sea noticia, sólo significa que aun hoy hay mucha gente que
considera que cuando una mujer es madre su rendimiento laboral va a resentirse
y por eso, muchas mujeres tienen que elegir entre crecer laboralmente o formar
una familia. Susana Díaz no va a tener ese problema porque, a pesar de las
críticas, va a poder conciliar ambas facetas, pero muchas mujeres que ocupan cargos
de poder en la empresa privada no tienen esa posibilidad. Y no hablemos de las
que no los ocupan, que esas, tienen todas las de perder. Por eso, mientras que
los medios de comunicación sigan elevando a la categoría de noticia algo que no
debería serlo, tenemos que ser conscientes de que aún queda mucho camino que
recorrer.
PD: os invito a que hagáis, por curiosidad, una búsqueda en google. Si
ponéis “Susana Díaz” veréis como, en la primera página, el 90% de las
noticias referentes a ella son sobre su embarazo. Estamos hablando de una
persona que, por su puesto político, genera titulares casi a diario y, sin
embargo, el foco está en que está embarazada y en que su marido es “mileurista”.
No hay más que decir.
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